lunes, 12 de enero de 2015

Cenas gastronómicas en Valladolid a través de mis gafas

comienzo del Paseo de Zorrilla
El paseo de Zorrilla, ya mencionado, es una gran avenida, a la derecha estaba la obra del Corte Inglés, donde trabajaba Miguel, esta obra ocupaba el antiguo solar del Campo de futbol del Valladolid, que se ubicó a las afueras de la ciudad en un lugar al que las gentes llamaban " el pulmonía" por el frio que hacía en el invierno en este nuevo Estadio.
A la izquierda del Paseo de Zorrilla estaba la estación del ferrocarril a la que, indistintamente, llamaban la estación del Campo Grande o la Estación del Norte.
PASEO DE zORRILLA
Un poco más adelante ya se llegaba a la barriada de Las Delicias, una bonita barriada en el Distrito 4º de la ciudad; al principio de esa barriada estaba la c/ donde Miguel tenía alquilado el piso, un piso muy cómodo y bien amueblado pero era un ático y en el verano de Valladolid hacía un calor de mil demonios. por lo demás la c/ tenía todo lo que pudiera necesitar, una panadería enfrente, un poco más allá un Super mercado muy bien surtido, una iglesia donde íbamos a misa los Domingos y casi al final de la c/ lo mejor de lo mejor, un mesón donde ponían carnes asadas en un horno de leña que estaba en el gran comedor donde se veía como la asaban.
ESTACIÓN DEL NORTE
Cuando ponian la carne que se había pedido le agregaban a la candela hierbas aromáticas que levantaban unas llamaradas que junto con el olor de la carne daban un olorcillo que quitaban las tapaeritas del sentío . A nosotros nos gusta mucho la carne de cordero y todos los miércoles íbamos allí a cenar cabeza de cordero asada; solo la ponían los miércoles, supongo que era el día que sacrificaban en el matadero los corderos. Como estaban tan ricas y tenían tanta aceptación había que encargarlas con tiempo cosa que hacíamos con dos o tres días de antelación, donde encargábamos dos cabezas que nos la ponían abiertas procurando que  los riquísimos sesos estuvieran, como estaban,¡¡exquisitos!!, todo tan calentito y con aquel sabor a las hierbas aromáticas eran, manjar de dioses. A mi hija no le gustaban las cabezas y le ponían chuletillas asadas ( nada que ver con lo ricas que estaban las cabezas)Mientra preparaban lo que habíamos pedido nos ponían unos torreznos de jeta de cerdo también asadas y cortadas a trocitos saladitos que estaban riquísimos, todo esto regado con una botella de Ribera del Duero, que en aquellos momentos no lo cambiábamos por el mejor de los banquetes. Aún me parece paladear aquel sabor tan requeterico¡¡Qué pena que Valladolid esté tan lejos

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