martes, 9 de agosto de 2011

EL ÁRBOL DE LOS SUEÑOS(Colección cuentos para mis y sus amigos)

En el jardin de mi casa, en un rincón,hay un árbol más que centenario, pues
ya mi abuelo, cuando yo era pequeña, me decía que aquel árbol lo había sembrado su abuelo cuando era joven.
El árbol es la admiración de cuantos lo ven pues las raices, con el tiempo, han salido a la superficie y han ido haciendo alrededor del árbol formas caprichosas, parecen brazos que quisieran protegerlo.
Recuerdo como yo veía a mi abuelo, casi todos los días, ir en dirección del árbol y una vez allí desaparecía. Aquello era para mi un misterio y un día , con miedo pero mucha curiosidad, lo seguí y vi como mi abuelo se metía dentro del árbol por una abertura que había en el rincón y que apenas se veía desde fuera. Entré por la abertura dentro del árbol y me quedé asombrada, el árbol estaba casi hueco por dentro y había un espacio bastante grande, miré y allí estaba mi abuelo que me sonrió cuando me vio y me dijo que estaba contento que estuviera allí con él, pero que no le contara a nadie que se podía entrar dentro del árbol, ese sería nuestro secreto. Me dijo que con el paso del tiempo vería como aquel árbol era Mágico, pero eso lo tenía que descubrir yo sola. También me dijo que mirara hacia arriba ; lo hice y pude ver el cielo azul y los rayos del sol entrar entre las ramas.Era un espctáculo tan irreal y maravilloso que pensé que esa era la magia que decía mi abuelo.
A partir de ese día íbamos después de almorzar, mi abuuelo echaba allí un sueñecito y yo me llevaba mis muñecas y jugaba con ellas. un día me entró sueño, me tumbé en el suelo y puse mi cabeza en las piernas de mi abuelo, me quedé dormida y tuve un sueño increible. En el suelo se abría un hueco con unas escaleras como las de los palacios, yo bajé y allí había muchos duendes jugando en una casita de caramelo, donde había una niña pequeñita en una cunita blanca,con un chupete que tenía un cordón de color rosa hecho de crochet y una campanita de plata. Los duendes, que estaban comiendo turrón, jugaban con la niña dando carreras alrededor de ella y le quitaban el chupete, De pronto llegó un hada, con un precioso pelo dorado y una varita mágica con una estrella en su punta, que les riñó a los duendes porque la niña se iba a despertar con tanto ruido, ellos le pidieron que les dejaran un ratito más, porque la niña se había despertado y se reía mucho viendo tantos duendes a su alrededor. El hada, que llevaba un reloj de arena, les dijo que en cuanto la arena se vaciara sería la hora de llevar a la niña a su casa. cuando la arena se vació, vinieron unas preciosas libélulas de mil colores que cogieron la cuna y acompañadas por los duendes llevaron a la niña a su casa, La casa,,,,¡¡era la mía.. donde yo vivía!!.
Cuando los duendes iban a abrir la puerta del dormitorio de la niña, algo me despertó, era el zumbido de abejas que habían hecho su colmena ,para fabricar la miel, en lo alto del árbol. Le conté ami abuelo el sueño que había tenido y me dijo "ya te dije que el árbol es mágico".
Aquel sueño lo he seguido teniendo cada vez que me quedo dormida dentro del árbol.
Através de los años he ido sintiendo el árbol, como algo mío muy querido. A el voy a contarle todo lo que me pasa, tanto si es alegre, como si estoy triste. Un mal día fui llorando decirle que mi abuelo se había marchado para siempre porque, según me dijo, la abuela se sentía muy sola donde estaba y el se iba para estar con ella, pero que siempre me protegería
Lloré tanto que me quedé dormida y volvi a tener el sueño que tanto me gusta, sólo que ahí estaba mi abuelo ensenñándome el chupete y riendo feliz.
Me intrigó tanto que le conté a mi madre el sueño y me dijo que el chupete del sueño era el que yo tenía de pequeña y el cordon de crochet lo había hecho mi abuela.
Ahora ya soy muy mayor y hace dos noches me asomé al balcón de mi cuarto para ver la luna llena que me encanta, en ese momento estaba justo encima de "mi"árbol , bajé corriendo para ver el efecto de la luna a través de las ramas del árbol y al entrar me quedé asombrada, en el suelo del árbol se había abierto un hueco y había unas escaleras, exactamente igual a las de mis sueños. Al bajar todo era igual, la casita de caramelo,los duendes,el hada y la niña en su cunita. Al mirarla intuí, no sé porqué , que aquella niña era yo, miré al hada y ella, adivinando lo que pensaba me dijo que sí, me dijo que debía irme orque en cuanto la luna pasara del árbol, se quitaba el hechizo, subí lo más aprisa que pude,justo en el último escalón, se cerró el suelo. Estaba tan cansada que me eché en el suelo y tuve mi querido sueño . Al despertar pensé que todo había sido un sueño, pero en mi mano yo....¡¡tenía el chupete. Ahora no sé que pensar, por eso escribo este cuento, paraque ustedes, queridos amiguitos, me digan si creen que todo esto ha pasado o ha sido una fantasía de esta abuela ,un poco loca

Dedico este cuento a Manuel Cortés, amigo de mis nietos, un niño encantador, dulce y tierno como algodon de azúcar, al que quiero mucho.
Antonia González Aula Abierta de Gines

1 comentario:

  1. A los críos, pocas cosas les gustan tanto como vivir aventuras con la imaginación...
    Cuando contaba cuentos a mis hijos, tenía una regla de oro: me tenía prohíbido matar a los personajes, si no encontraba por ahí algún sortilegio o ponción mágica que los resucitaran y salían triunfantes del mal.
    Querida Antonia; te solicito que patentes y edites esta colección de cuentos y la dones a nuestra Biblioteca Municipal, sería el broche de oro para que todos los niños de Gines tengan acceso a ellos y disfruten de estas maravillosas aventuras.
    Confío en que me atiendas, sería el más generoso y apreciado regalo para ellos.
    Con todo mi cariño.

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